Esta es la frase que resume mis pensamientos de los últimos días. Los niños/as nos han vuelto a enseñar que son capaces de todo adaptándose a la situación que la vida nos ha dado ahora y siendo ejemplo para muchos de nosotros/as. Pero no debemos de olvidar que son niños/as, seres sociales, que como nosotros, necesitan de interacción tanto con sus iguales como con el entorno.
Comprendo que no pueden compartir ciertas cosas, que tengan que respetar un distanciamiento, que lleven mascarilla, que usen gel y se laven las manos con frecuencia... pero de eso a no poder hacer NADA. Me llena de tristeza pensar que al final el colegio y los niños y niñas han vuelto a pagar los platos rotos de todo esto.
Yo voy a una tienda de ropa y antes de encontrar mi talla he tocado cinco camisetas, las cuales no van a ser desinfectadas en el momento. Yo voy a un bar y el camarero no se desinfecta las manos cada vez que pone un vaso en la mesa. Yo voy a la playa y no tengo porque llevar mascarilla.
Pero los niños/as no pueden tocar ni tener juguetes, no pueden tocar libros que no sean suyos y deben correr por el recreo con la mascarilla puesta.
Que injusto.
Y lo peor de todo es que a nosotros los docentes no se nos ha parado de decir lo que NO podemos hacer. No va haber excursiones, pero los niños/as fuera pueden ir al cine. No va haber convivencias, pero los niños/as fuera van a cumpleaños.
Solo busco algo de coherencia y sentido a esto. Quiero que mis alumnos/as vengan al cole a aprender, pero no quedarme en lo meramente académico. El colegio nunca fue un sitios donde solo se impartían asignaturas. Se aprende a socializarse, a resolver conflictos, a querer, a tener unos valores, a respetar, a expresarse...
¿Donde queda la esencia de eso este año? Sigamos el protocolo, seamos responsables y llevemos a cabo todo lo necesario para estar a salvo del bicho, pero por favor no dejemos de hacer cosas por miedo a...
No dejemos que crean que el cole es solo un libro de texto y su pupitre.
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