lunes, 14 de mayo de 2012

Los Hábitos Básicos de Autonomía

Son aquellos comportamientos principalmente domésticos (comer, vestirse, dormir,...), cuya adquisición resulta indispensable para que el niño/a realice un desarrollo social normal. Dichos hábitos le permitirán enfrentarse paulatinamnete a las exigencias de su entorno, no tener que recurrir a la ayuda de los adultos, tomar sus propias decisiones y asumir responsabilidades.
Los principales hábitos de autonomía son:
- Comportamiento en la mesa (utilización de cubiertos, repertorio alimenticio...)
- Vestirse,desnudarse.
- Horario y situación de sueño.
- Aseo y limpieza.
- Orden.
Hay que ofrecer al niño/a oportunidades de practicar aquello que se desea que haga, aún cuando inicialmente suponga un mayor esfuerzo y mucho más tiempo y paciencia que si la tarea en cuestión fuera resulta por el adulto.
Para la instauración de un hábito es sumamente útil aprovechar el deseo espontáneo del niño/a.
Es necesario que desde muy pequeños los niños/as tengan un horario y un orden en sus actividades.Si además la relación familiar es estable, afectuosa y sin tensiones, es muy probable que se sienta sumamente feliz por el mero hecho que sus padres elogien sus acciones.
Hay familias permisivas que gustan de no marcar ningún tipo de pauta educativa: más o menos improvisan sobre la marcha. Opinan que es mejor no coaccionar al niño/a en ningún sentido y esperar que el libremente vaya adquiriendo aquellas conductas que lógicamente sean necesarias. Los efectos a largo plazo acostumbran a ser los contrarios de lo que se esperaba: apatía, descontento, anarquía, poca capacidad para aceptar la frustracción, rechazo de las tareas mínimamente difíciles, etc.
Otras familias son autoritarias. Todo está previsto, señalado y decidido por los mayores y la menor infracción acarrea serias consecuencias. Es muy probable que se generen grandes dosis de angustia (porque están temiendo siempre al juicio paterno) y de rebeldía (ante  la impotencia al poder paterno excesivo).
Familias sobreprotectoras. Familias perpetuamente atemorizadas acerca de lo que pueda ocurrir al niño/a. Los hijos no son nunca lo bastante mayores para empezar hacer nada. Así se limita y empequeñece al niño. En vez de convertirlo en un adulto capacitado y responsable, parece que se quiere mantenerlo en perpetua dependencia del adulto. A la larga la desconfianza se transmitirá al niño, quien no se siente seguro más que en el seno de su propia familia, experimentando graves dificultades para relacionarse con los demás, sin recurrir a la ayuda de los adultos.
Ninguno de los tipos de educación descritos ayudará eficazmente a la adquisición de los hábitos básicos de autocuidado o autonomía.
Como resumen deben recordar:
- Trazar objetivos, bien definidos y asequibles .
- Señalar los pasos adecuados para alcanzarlos.
- Ofrecer la oportunidad para realizar los comportamientos esperados ( horario y lugar)
- Acuerdo total de los diversos miembros de la familia acerca de lo que hay que exigir al niño/a.
- Ofrecer modelos adecuados. Coherencia.



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