La base de la educación en Igualdad está en la formación de una actitud crítica desde la infancia.
Desde el nacimiento se constituye la identidad de género de la persona y se establecen los cimientos sobre los que se formarán la personalidad del individuo y sus valores.
La mejor forma de fomentar la Igualdad es practicar con el ejemplo.
Como en todos los ámbitos educativos, el refuerzo positivo tiene muchas más fuerza y ofrece mejores resultados.
La educación hacia la Igualdad no debe ser algo puntual, si no formar parte de la rutina diaria. Cualquier actividad o juego puede ser el escenario perfecto para practicar la Igualdad de oportunidades.
Desde la familia podemos afianzar:
- Eliminar perjuicios.
-Todas/as pueden hacer todo.
-Afrontar las diferencias de género.
-Evitar los estímulos sexistas.
-Utilizar el juego como base de la enseñanza en equidad.
-Ofrecer patrones de conducta ejemplares.
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